Tiene veraneras y gallitos en cada esquina, árboles robustos entre casas y comercios,
Cobijan, sombrean, refrescan en un país que la sangre se calienta.
Los niños estudian y comen, no trabajan y mendigan.
Hay aceras. Al panameño de a pie se le cuida, cuenta con veredas.
La gente aguarda con paciencia. No se altera y depone su interés al prójimo de enfrente, espera.
Agua para todos. El piedrero es un recuerdo viejo…
El político repite sólo una vez con la autoridad del padre que lleva el timón seguro del tren.
La mujer parida no reclama al padre pues él atento, se presta en justo momento al quehacer.
Ay Dios mío ! Digo yo… Si mis sueños fueran realidad viviríamos finalmente en mi Utopía.
Regalándonos buenos días con una sonrisa… día a día en paz.
Algún día, no me canso algún día mi Panamá tendrá mejores días, mejores vidas.
Gente con amplia sonrisa, una país sin heridas. Una vida real.
Amelie